La fase clasificatoria del Regional tuvo uno de los finales más apasionantes, abiertos y complejos que se recuerden en el rugby del NOA. Tres equipos de Tucumán, uno de Salta y otro de Santiago del Estero llegaron a la última de las 18 fechas con posibilidades de acceder a las dos vacantes que quedaban disponibles para las semifinales que se disputarán mañana. Y en un lapso de hora y media, los cinco estuvieron en poder de alguna de esas plazas aunque fuera por un rato. Finalmente, uno de esos boletos quedó en manos de Universitario y el otro en las de Old Lions, que por primera vez en su historia se metió en las semifinales por el título de un Regional.
Aunque se trató de un logro colectivo, hubo dos protagonistas principales. Uno fue Juan Villalba, a quien en la última jugada del partido contra Los Tarcos le tocó hacerse cargo del penal que definía si los santiagueños ganaban y se clasificaban o si perdían y se quedaban afuera. “Era el último scrum y yo por dentro pensaba por favor, que sea penal para nosotros. Y lo cobraron. Me acerqué a un costado de la cancha y le pregunté a un amigo cuánto faltaba para que terminara el partido. Me dijo que era la última pelota. Y justo sonó la bocina. Sabía que si la metía, pasábamos. Hace cuatro años que juego en Primera y nunca me había tocado estar en una situación así. Igual, estaba muy tranquilo, porque sabía que la iba a meter”, aseguró el fullback y goleador de los “viejos leones”.
El otro actor principal de este hito santiagueño es un tucumano: Pablo Bascary, entrenador en jefe de un plantel que ya ha hecho historia, pero que no se conforma y aspira a ser el primer campeón de su provincia. Hasta ahora, Gimnasia y Tiro de Salta es el único club no tucumano que ha ganado el Regional (1999, junto a Huirapuca).
Para el propio Bascary, identificado con Natación y Gimnasia, todo resulta muy movilizante. “No puedo evitar ponerme a pensar en el camino recorrido hasta acá. Me viene a la cabeza el momento en que tomé la decisión de embarcarme en esto. De dejar una situación de confort, que era estar en mi club, para lanzarme a este desafío, con todos los viajes que implicaba”, explicó.
“Fui conociendo a la gente de Old Lions, que desde un primer momento me dio muchísima confianza y comodidad para trabajar, y también a sus jugadores. Ellos se adaptaron a lo que yo consideraba que era lo mejor, se acostumbraron a la rotación y a probar cosas, sobre todo en la primera rueda, que nos permitiera tener espalda para después poder afrontar partidos decisivos como estos últimos”, indicó Bascary, quien a lo largo del proceso debió viajar constantemente entre Tucumán y Santiago para construir un Old Lions capaz de enfrentar de igual a igual a los grandes de la URT.
Prioridades
A pesar de haber hecho un campañón, el torneo fue tan repartido hasta ahora que Old Lions estuvo literalmente a segundos de quedarse afuera de los play-offs. Y Pablo sentía que la falta de experiencia del plantel en esta clase de instancias, al menos comparada con la de sus competidores, podía ser su talón de Aquiles.
“Durante la semana previa me imaginé todos los escenarios posibles. Y uno de ellos era perder y quedarnos afuera. Y me pregunté: ¿perder me iba a condicionar el laburo que habíamos hecho durante todo el año, con vistas a futuro? Y la verdad que no. Estar en semifinales es un objetivo deportivo muy bueno, pero el más importante a la postre es seguir creciendo como equipo y como club. Por eso intenté trabajar con los jugadores también desde ese lugar: desde la derrota, para hacerles entender que estas situaciones pasan y hay que saber afrontarlas. Así fuimos construyendo un equipo sólido y contundente en su propuesta, y terminamos jugando con chicos muy jóvenes para este tipo de torneos. Eso es un valor agregado cuyos frutos los veremos en las próximas temporadas”, enfatizó Bascary.
Mañana a partir de las 13, en Yerba Buena, Old Lions buscará el pase a la primera final de su historia enfrentando nada menos que a Tucumán Rugby, segundo máximo ganador de la región y finalista del año pasado. De todos modos, hace apenas dos semanas, Old Lions lo venció en Santiago por casi 30 puntos de diferencia en la penúltima fecha de la etapa regular. Si bien es cierto que el “verdinegro” ya estaba clasificado y le dio descanso a algunos titulares, los santiagueños jugaron un partidazo.
“Al margen de lo que pasó ese día, Tucumán Rugby es Tucumán Rugby. Por el abanico de alternativas que tiene, siempre es candidato. Cuando tiene la pelota y genera esa inercia es imparable. Pero bueno, creo que nuestro ancho de espadas será el hambre de gloria que tenemos”, anticipó Bascary, con la tranquilidad de quien sabe que, pase lo que pase, ya ha hecho historia.